Las cápsulas del café son una invención de este siglo para atender una necesidad cada vez mayor de las personas por practicidad. Es cierto que mejoró la calidad del café bebido en Brasil, y que el principal fabricante tiene un plan de reciclaje completo. ¿Pero y el resto de la Industria? El equipo de Grano Especial fue conversar con el director ejecutivo de ABIC (Associação Brasileira da Indústria do Café) y presidente del Sindicafé, Nathan Herszkowicz.
Una investigación solicitada por ABIC para la consultoría Euromonitor demuestra que el mercado de cafés en cápsula ha evolucionado de forma fantástica en Brasil. “Las cápsulas aún son la menor parte del consumo de café en Brasil, por ser un producto de alto valor agregado. En 2016, representaba el 0,6 % en volumen, del consumo total brasileño, que es de 21 millones de sacos de café por año. Pero ya la proyección para el final de 2017 es que él doble de tamaño: fuese de 0,6 % para el 1,2 % del mercado total. En valor, a la representatividad de los cafés en cápsula pasa de los 10 %, llegando en algunos casos a 14 %”, explica Nathan Herszkowicz.
Con el rompimiento de la patente de Nespresso, antes único fabricante de las cápsulas, hoy, en Brasil, ya suman 100 empresas. O sea, el negocio explotó. Los últimos a entrar en la onda son los productores de cafés especiales.
Logística reversa
Nathan explica que existe un proyecto de ley tramitando en la Cámara que pretende obligar el recojo de cápsulas de café en todo el país. “Eso es una gran insensatez, no tenemos condiciones de obligar por ley el recogimiento de cápsulas en todo el país. ¡Mira nuestro tamaño!” enfatiza Nathan.
(Nathan Herszkowicz, director ejecutivo de ABIC y presidente del Sindicafé)
El ejecutivo cree que la logística reversa evolucionará naturalmente, en función a la conciencia del fabricante o de una innovación tecnológica, como, por ejemplo, la creación de una cápsula biodegradable. “Recientemente, fue difundido que el plástico verde, producido con base de celulosa de caña de azúcar, ya puede ser utilizada en paquetes de café, lo que es una innovación importantísima”, cuenta Nathan.
Nathan explica todavía que ha acompañado con atención el problema de la logística reversa por medio de las iniciativas del departamento de Agronegocios de FIESP. “La práctica más actual fue la presentación de una propuesta para ser un piloto, con dos o tres municipios previamente elegidos, que tengan estructura de recogimiento y, después probar el modelo con empresas procesadoras del residuo con colectores. Nathan explica todavía que este modelo debe quedar en prueba por dos años y que debe comenzar aún en 2017, pero que todavía depende de algunos ajustes. En primer momento, serán municipios pequeños y todos cerca de São Paulo. El proyecto va funcionar con un plan que establezca los puestos de colecta, de entrega voluntaria, con el involucramiento del minorista supermercadista, de distribuidores, fabricantes de embalaje, en fin, involucrando toda la cadena de producción del residuo. “Todo eso pasa después por una concesionaria que va hacer este recogimiento y llevar a los catadores certificados para la selección”, afirma.
Pero el director de ABIC resalta que la solución del problema necesita también del involucramiento directo del consumidor. “Necesitamos crear el hábito del reciclaje en el ciudadano. ¡Sin el compromiso del cliente, el proyecto no será exitoso!”, finaliza.
Posición oficial de BSCA sobre el reciclaje de las cápsulas de café
“De momento, BSCA (Brazil Specialty Coffee Association) no tiene una posición oficial en relación al reciclaje de las cápsulas de café ni de logística reversa. El protocolo de producción de los cafés especiales de los asociados de BSCA, cuenta con aproximadamente 178 ítems, entre mecanismos de protección ambientales y sociales que son verificadas por una visita in loco, en la propiedad, “antes del café quedar listo.
Según el director de BSCA, Marco Suplicy, en la teoría, es posible tener una hacienda de cafés especiales certificada, con todas las buenas prácticas auditadas. Pero, si en aquel dado año, por una condición climática adversa, aquella hacienda no produjo un buen café, ella no deja de ser certificada, continúa con la propiedad certificada.
“Pero lo que ella no consigue es producir un lote con una puntuación mínima para exhibir sello. La propiedad certificada es rastreada, controlada y auditada, pero, el sello solo es dado para estas propiedades, para cafés con puntuación arriba de 80 de la escala de SCAA”, aclara Suplicy.