Isso É Café, de Felipe Croce, sale del Mirante y abre un flagship store en Santa Cecília, centro de São Paulo

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Y lanza, en breve, una marca para comercializar otros productos orgánicos. El primer, será un maíz de palomitas

Felipe Croce está preparándose para abrir, en julio, un flagship store, en el barrio de Santa Cecília, cerca de la Avenida Angélica, en São Paulo, con 400 metros cuadrados.  “Allá va a quedar nuestro tostador, nuestra central exportadora y una gran cafetería”, cuenta Felipe con exclusividad para el Grão Especial.

“Nuestro flagship tendrá espacio suficiente para hacer nuestros experimentos. La idea es tener bien nuestra cara, un lugar lleno de plantas, sin mostrador, como es aquí en Beco do Batman. Allá, podremos mostrar toda nuestra historia para que el consumidor pueda entender todo el proceso, de la plantación hasta la taza”, explica. Es un paso más en la consolidación de la marca Isso é Café para, posteriormente, levarla al resto del mundo.” Pero eso es un proyecto para que mis nietos manejen’, confiesa.

Que pretende mostrar al público es la complejidad de su trabajo. Las empresas de la familia son tratadas como tres entidades distintas:  FAF, hacienda Ambiental Fortaleza, que es manejada por su madre, responsable por el cambio orgánico en la producción de todo lo que es plantado en la propiedad, incluyendo los cafés especiales; la segunda entidad, es la empresa exportadora de cafés especiales, de responsabilidad del padre; y la tercera, es la cafetería Isso É Café, bajo su mando. Emplean a 60 profesionales y una oficina en Chicago, vendiendo para Suecia, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Australia y Japón.

“Isso é Café va a continuar en el camino que siempre quise, que es el de elevar la calidad nuestros cafés especiales. En este momento, estoy probando 30 variedades diferentes en la hacienda y en las haciendas productoras socias, llegadas de Etiopia, Kenia y Nicaragua”, cuenta.

Felipe adelanta que ya está plantando hace algún tiempo, variedades como Gueisha, Pacamara, SL de Kenia y varias otras oriundas de Etiopia.” Hace tres años que vengo plantando y catalogando, pero es una experiencia que demora para dar resultado”, dice.

“En Brasil, tenemos pocas variedades de cafés. Lo que es plantado hoy aquí es resultado de Sumatra, traído por los holandeses en 1727, para ser plantada en Guayana Francesa, y que reza la leyenda robado por Francisco de Melo Palheta para Brasil; y el Bourbon, por los franceses, en Rio de Janeiro, en 1840. Todas las variedades son descendientes de estas, elegidas en función a su resistencia a las plagas y alta producción. Ambos tienen sabores buenos, pero comunes. Estamos introduciendo nuevas variedades, en búsqueda de nuevos sabores. Inclusive, tenemos una producción de Gueisha que está bien saludable, con alta producción”, explica.

La idea inicial es ofrecer estos cafés, primeramente, para el mercado externo, que ya está más acostumbrado con los sabores más exóticos. Ellos ya comercializan sus cafés para 35 países.

El año pasado, volvió a asumir la administración del café de la hacienda y, desde entonces, viene reestructurando los pies de café por causa de las variedades. “Estoy mecanizando todo lo que puedo.

Alquilo una propiedad en Caconde, a 1400 metros de altitud, donde todo es hecho manualmente. Tengo un café de agroforestal que también es manual. La idea es llegar a 30 hectáreas de cafés especiales, el 80 % de dos especies, Obatã y Paraíso que, pienso, que dan un café sólido, bueno y resistente, con un promedio de 86 puntos. Los otros 20 % serán de especies exóticas, obviamente que todo orgánico.

Además de eso, está conduciendo algunos proyectos paralelos en la propiedad. La sede es de 1850 y Felipe cuenta que la idea es montar una cafetería donde quedaba la escuela de la hacienda.” En estos últimos tiempos, hemos hecho innumerables mejoras, inclusive en la cocina que ahora, está más grande y posibilita llevar grupos para discusión y experimentar.” Uno de mis planes es el de poder estar más cerca a los chefs de restaurantes para juntar estos dos mundos. Nuestra hacienda es un negocio múltiple. Una hacienda orgánica es como la naturaleza: múltiple”, explica.

Como consecuencia natural de esta cercanía con los chefs, Felipe quiere producir una serie de alimentos orgánicos con la marca Isso É Café. “Em este momento, estamos seleccionando los árboles correctos, con espacio adecuado para ayudar tanto en la producción de los cafés como de los alimentos. Ya tenemos avena, pimentas, tomate, miel, cachaza y maíz orgánico.  Jaleas y salsas que servimos en las recetas desarrolladas en la hacienda. Estamos trabajando en los procesos de legalización,” cuenta.

Muy probablemente, el maíz de palomitas orgánica será el primer producto en lanzarse en el primer semestre de 2018 con la marca Isso É Café.

Otra novedad es la sociedad con la empresa Atilla Coffee Roaster, empresa familiar brasileña, fabricante de tostadores. “Estoy ayudando a nuestro socio a exportar su maquinaria a Francia, República Checa, Canadá y Estados Unidos”, comenta.

Familia de caficultores

Felipe representa la quinta generación de su familia, productores de café. Su tatarabuelo compró la Hacienda Fortaleza de un primo, en 1850. Su abuelo por parte de madre siempre fue un productor audaz, hacia café lavado en 1980, vendía cafés premiados para Illy y siempre se preocupó con la preservación de la naturaleza, pasión que de su madre heredó. “Mi abuelo tenía el sueño de acercar el cliente a la hacienda. Creo varias máquinas de tostado que él mismo inventó. Y yo de niño, me quedaba fascinado con su trabajo”, explica.

“En 2001, cuando mi abuelo falleció, mi madre resolver adherirse totalmente a la siembra orgánica. Entre 1999 y 2001, el precio del café estaba muy bajo y, básicamente, no existía cafés especiales en Brasil”. Comenta.

Él y la familia estaban viviendo en Chicago, por causa del trabajo del padre, que entendía de exportación y los negocios estaban yendo muy bien. Hasta que vino la crisis, Brasil comenzó a crecer y los Estados Unidos entraron en una crisis profunda y su padre perdió sus clientes de países como China y Paquistán. “Estábamos perdiendo US$ 50 mil por mes con la hacienda, teníamos 170 empleados, produciendo 10 mil sacos.”, cuenta.

(aún hoy las personas en Brasil no consiguen identificar los sabores. Solo conocen amargo y dulce. Es necesario educar al consumidor)

Su padre decidió vender los cafés él mismo y, por causa del contacto cada vez más cercano con los tostadores, profesionales obsesionados por la calidad del café, Felipe comenzó a interesarse por el asunto. Cuando terminó su facultad de Relaciones Internacionales y Emprendedorismo, en Washington University, en St. Louis, Missouri, tuvo un profesor, Howard Lenener, fundador de la tostadora, Kaldi’s Coffee. “Yo conté que mi familia poseía una hacienda de café y, cuando supo que era en Brasil, dijo que nunca había tomado un buen café de aquí”, recuerda.

“Como los Estados Unidos estaban en una recesión severa y buena parte de mis compañeros del grupo estaban desempleados, fui a trabajar con él. Allá, actuaba como un hace de todo. Aprendí bastante y resolví volver a Brasil para vivir en la hacienda. Traje una enamorada americana y, a los 21 estaba sumergido en medio de la maleza. Fui aprendiendo mucho sobre la propiedad y recibiendo cada vez más a tostadores y comerciantes extranjeros en búsqueda de buenos cafés brasileños. Fue ahí que comencé a aprender sobre cafés especiales”, recuerda.

Hasta hoy los amigos más cercanos no entendieron la aventura de Felipe, al regresar a Brasil para trabajar con cafés especiales, sabiendo que el mundo solo compraba los especiales de Colombia, Honduras.

El resto de la familia volvió a Brasil y, entonces, Felipe puede alternar seis meses en el campo y seis meses del año viajando para los más grandes mercados consumidores: Noruega, Suecia, Estados Unidos, Australia.

Después de ver lo que estaba sucediendo en el campo de los cafés especiales en el mundo, comenzó a tostar su propio café. Al inicio, para una panadería de productos orgánicos. Así nació Isso É Café entre 2012 y 2013. Hoy, trabajan con cerca de 100 productores promedio y familiares, en diversas regiones, como en Serra do Caparaó, Espírito Santo, en Pico de Bandeira y Venda Nova do Imigrante.

Salida del Mirante 

(Foto: Shoichi Iwashita)

“Facundo nos invitó a abrir con él, el Mirante 9 de Julho y, como él es una persona sensacional, un visionario, que piensa mucho además del dinero, que quiere revitalizar la ciudad y ocuparla democráticamente, aceptamos la propuesta. El Mirante era un lugar olvidado, usado solo por los usuarios de crack y que hoy, es mucho más de que una cafetería. Es un espacio cultural, tiene arte, cultura, música, gastronomía y está ahí para todos aprovechen. Ya cumplimos nuestro papel,” dice Felipe.

Ahora, hasta el flagship abrir, quien quiera degustar los cafés de Isso É Café basta ir al Beco do Batman, en el corazón de Vila Madalena. El local es pequeño, lleno de plantas y súper elegante.

Mercado de cafés especiales en Brasil

“A pesar de estar sorprendido con el crecimiento, veo mucha falta de profesionalismo de la cadena entera. Necesitamos realmente trabajar para crear un mercado tan bueno y competitivo como el de commodities. Este, tiene 200 años de historia, ellos son buenos en logística, necesitamos copiar lo que es correcto y transportar las buenas ideas para el mercado de cafés especiales”, sostiene.

“Hoy, cuando habla de grandes mercados de café especial, nadie recuerda a Brasil. Pero somos los más grandes productores y el segundo mayor mercado del mundo. Creo que tendremos un papel muy importante en el futuro. El café especial tiene que ser tratado como vino. Los gringos vinieron para acá para tomar el mejor café en su origen, de la misma manera que sucede hoy con los vinos”, explica. “Eso porque estamos mucho más cercanos de los productores, como también consumirlo aquí es mucho mejor que después de que el café haya sufrido con el viaje de conteiner y todo lo demás. Otro detalle: deberíamos tostar mucho mejor de que los extranjeros, que tuestan granos de diferentes lugares. En mi opinión, este panorama cambiará completamente en 10 años”, profetiza.

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