Actriz, bailarina, profesora de inglés, barista, tostadora, emprendedora, musa de la elite coxinha, amante de los puros cubanos, piloto de avión…
Finalmente, ¿Quién es Isabela Raposeiras? Intentar traducirla no es una de las tareas más fáciles.
¿Y quién mejor que ella para representar las dificultades de la mujer en un universo tan masculino como el de los cafés especiales? Principalmente en Brasil.
En marzo, que celebramos el Día Internacional de la Mujer, el Grano Especial elige a una profesional para representar a todas las mujeres brasileñas que viven y trabajan con cafés especiales.
Todo el mundo sabe de la importancia del café en la colonización de Brasil. Fue el café quien colocó a Brasil en el mapa económico del mundo. Y fue por causa de él, también, que el país fue el último del mundo en abolir la esclavitud. El karma no es de los más fáciles.
Muchas brasileñas también tuvieron papeles muy importantes en la cultura cafetera. Pero ninguna logró un reconocimiento internacional tan grande.
El famoso barista y tostador noruego, Tim Wendelboe, es amigo íntimo y admirador de su trabajo. El columnista del New York Times, Oliver Strand, la tiene como referencia, tratándose de cafés especiales brasileños y siempre que viene a São Paulo, da una pasadita por el Coffee Lab, en Pinheiros, SP.
Entre sus compañeros brasileños, la inmensa mayoría reconoce su importancia y su espíritu pionero.
Gracias a ella y al Coffee Lab vimos florecer innumerables cafeterías y nuevos profesionales de tostado y baristas llenando nuevas casas.
El productor y tostador Mariano Martins, de Martins Cafés es uno de ellos. “Al inicio de mi carrera, ella tuvo la generosidad de darme innumerables contactos en el exterior para vender mis cafés. Sin su desprendimiento, en aquel momento, no habría logrado superar un momento tan difícil,” comenta((ver materia completa de Mariano Martins)
Otro importante profesional que reconoce su importancia es la propietaria de Clemente Café, en Vila Mariana, Tatiana …. Gracias a ella, descubrí los cafés especiales y, para consumirlo yo literalmente atravesaba la ciudad”, cuenta.
Y la fila solo crece. Innumerables nuevas cafeterías que surgieron en Brasil desde entonces son hijos de Isabela. Hoy, su Coffee Lab continúa siendo una gran referencia.
(La propuesta de enseñanza del Coffee Lab: un laboratorio donde usted aprende todo sobre cafés especiales)
Cómo todo comenzó
Hija de caficultores, su madre nació en una hacienda de cafés, en Botucatu, en el interior de São Paulo. Isabela nació en 1974 en Rio de Janeiro, fue criada en Brasilia, Porto Alegre… “Ya viví en más de 45 direcciones en toda mi vida, en cinco estados y tres regiones diferentes, solo para tener la idea de mi travesía. La familia Raposeiras es inquieta, sus miembros se mueven en todo momento”, confiesa. Antes de descubrir el café, ya había experimentado la carrera de actriz, bailarina y de profesora de inglés.
Psicóloga de formación, comenzó el curso en la PUC de Rio Grande do Sul, se transfirió a la misma institución en Rio de Janeiro y solo pudo concluir el curso en São Paulo. “Hice la facultad en dos períodos diferentes de mi vida. En el primero, no había tenido contacto con los cafés especiales aún”, recuerda.
“Daba clases de inglés para pagar la facultad cuando una amiga, Heloísa Galves, de las tiendas Alémdalenda y Terra Madre, se volvió famosa por vender muñecos con cara de gnomo (¡quien tiene menos de 30 años no va a recordar esto, pero fue una fiebre!), me llamó para armar unos cafés en sus tiendas de decoración. Al principio no quería, mi padrastro tenía un restaurante, mi madre también, este backstage fue mi historia desde los 13 años, pero Heloísa me convenció”, recuerda.
“Estaba necesitando dinero, mi familia había quebrado feo y, cuando comencé, viví en un conventillo que era antiguo, cerca del aeropuerto de Congonhas”. Ella aceptó y de este trabajo, tuvo su primer contacto con los cafés especiales, por medio de Ipanema Coffees.
“Heloísa acabó teniendo una depresión muy fuerte y murió a los 44 años de una sobredosis de remedios. Ella fue mi alumna de inglés, y nos volvimos muy amigas”, se emociona.
Por una de estas coincidencias, le gustó tanto el asunto que acabó siendo contratada por Ipanema. “Mi atribución era la de administrar la primera tienda de ellos en São Paulo, ubicada en Brooklin. Allá, comenzó a percibir que el tostado era crítico. “Cada lote venía de una forma y no creía, creía que era otro café”, dice.
En esta época, BSCA organizó el primer campeonato brasileño de baristas y, como eran patrocinadores del mundial, fueron presionados por la organización para enviar un representante brasileño. “Llamaron un barista noruego para administrar un curso y seleccionar a los competidores. “Él me convenció de competir, no quería de ninguna forma. El resultado es que gané el campeonato y fui a Oslo para el mundial”, cuenta. Quedó en el 15. lugar.
A la vuelta, sufrió asedio sexual y resolvió recorrer otros caminos. “Hasta hoy, con 18 años de carrera, todavía veo este tipo de cosas”, lamenta.
Dio un tiempo al mercado, fue actuar en consultoría en psicología en diversas empresas multinacionales. Pero no por mucho tiempo: volvió para capacitar a otra barista iniciante, a Silvia Magalhães, para participar del segundo campeonato brasileño de baristas.
En la misma época, mientras trabajaba simultáneamente en consultoría y café, consiguió un excelente contrato con el Banco Real, actualmente, Grupo Santander, que estaba empeñado en el lanzamiento, en todo Brasil, de las agencias Van Gogh. Por dos semanas, ella y su pequeño equipo actuaron como baristas en las fiestas de apertura de las agencias. “Fue un evento enorme, tuve que abrir una empresa. En 2004 abrí la escuela en Campo Belo. Para eso, alquile un inmueble cuya parte del frente era usado como escuela y vivíamos en el tinglado”, cuenta.
“La primera escuela que abrí fue en 2004, en el barrio de Campo Belo. En 2009, abrió Coffee Lab, pero aún quedaba en otro lugar, en Cônego Eugênio Leite”, recuerda.
Pero el café aún no era integralmente su sostén económico. Después de sufrir un golpe en una sociedad de un gran proyecto, y haber quedado nuevamente sin dinero, arriesgó los últimos, R$ 23 mil —agarró el pasaporte y fue a Dinamarca y a Noruega a estudiar tostado. Viene de esta época su amistad con Tim Wendelboe. “Fui a invertir lo poco que tenía en formación. Elegí el área que más me gustaba, el tostado, y elegí a los mejores: Tim y el personal del Coffee Collective”, cuenta. “Volví totalmente dura, pero con el proyecto de Coffee Lab en la cabeza”, recuerda.
“Conseguí dinero con mi padrastro que creyó en mi lindo proyecto”, recuerda. La sociedad no fue hasta el final e Isabela fue obligada a vender su apartamento para lograr finalizar el proyecto Coffee Lab. “Él comenzó pequeño allá en Cônego Eugênio Leite, Jardins y, en menos de un año después nos cambiamos para acá. El resto del dinero que había sobrado de la venta del departamento, lo use en la reforma de la casa”, cuenta.
Poco a poco comenzó a lograr pagar sus cuentas y, después de tres años, el retorno de la inversión llegó.
La empresa creció y recientemente, Isabela vendió para Martins Cafés Especiais toda su operación de food service, que englobaba su cartera de clientes de restaurantes y cafeterías, para quien tostaba.
Hoy, Coffee Lab está totalmente consolidado, empleando 25 personas e Isabela puede dedicarse solo a la escuela y a la cafetería. “Hace dos años, tuve que reestructurar Coffee Lab porque el negocio estaba desmoronándose. Delegué mucho y no monitoreé. Cuando vi, los cimientos estaban temblando, la situación estaba crítica. Ahí, no hubo manera, asumí todo. Reformé del tornillo al financiero, cambié todo. Fueron dos años de pesadilla, el clima organizacional estaba una mierda”, confiesa.
Empleando trans
“Pero ahora, nunca estuvimos mejor: el clima de trabajo volvió a ser bueno, nadie quiere salir de aquí”, cree. En la semana que Grano Especial entrevistó Isabela, Coffee Lab había acabado de contratar cuatro transexuales, dos mujeres y dos hombres, por medio de un colectivo que ayudó a los trans a buscar empleo formal. “Hicimos la selección y ellos dieron un baño en este grupo hipster de los cafés especiales. Ellos son más preparados y tienen una visión muy diferente de los Millenials”, profesa.
La idea era colocar nuevos empleados en una capacitación y, en consecuencia, fueron a la atención en el salón. “No dejarlos escondidos en la oficina. Si hubiera una discriminación con el empleado, el cliente será invitado a retirarse, él no será bienvenido al Coffee Lab”, afirma.
(meninos, meninas e menines: Coffee Lab eres un local de todos)
Membresía de los cafés
Entre sus planes a corto plazo está el lanzamiento en marzo de una membresía recurrente de cafés especiales, por membresía, en Internet. “El cliente elige el café especial que gusta y recibe mensualmente el producto”, comenta.
¿Vamos a hablar de cafés especiales brasileños AAA?
Uno de los orgullos de Isabela es solo trabajar con micro lotes arriba de 85 puntos de la escala SCA. Es ella es quien hace el hunting de los cafés especiales y confiesa que prefiere mantener los mismos productores que estar buscando diferentes todo el año. “Recibimos muchas muestras, somos muy buscados porque pagamos bien. Soy fan incondicional de los cafés especiales brasileños producidos en Serra do Caparaó. Para mí, es el mejor café del país. Compramos siempre de dos productores de allá, Joselino Meneguete, del sitio rancho Dantas, en Brejetubas, y Genildo Beninca, del sitio Córrego da Prata, en Castelo, Espírito Santo. Ellos estaban desistiendo del café cuando los conocí. Estaban vendiendo sus cafés a R$ 300,00 el saco. De hecho, ya aumenté cuatro veces el precio. También trabajo con Rodrigo Marzocco que hace cafés maravillosos”, dice.
“Tiene cafés en Espírito Santo que compiten de igual para igual con el resto del mundo, tal vez no con un Gueisha lavado de la hacienda La Esmeralda, de Panamá. Pero tiene cafés maravillosos”, afirma. Isabela cree profundamente que Brasil necesita trabajar duro para mostrar al mercado internacional los cafés especiales que tenemos productos maravillosos, capaces de competir con los mejores del mundo “Pero los gringos no saben de eso. El universo allá fuera solo mira el escenario de cafés especiales de Brasil como si solo existen estos caficultores ricos, idiotas y atrasados. O observan como el productor de café commoditie o de cafeicultor rico”, condena.
“El camino es contar por el mundo que nuestras prácticas de producción de cafés especiales tratan mejor el ambiente y al ser humano de que la mayoría de los países productores. Nadie habla de eso. La cuestión moral es: ¿Esta bien comprar café especial de Kenia? ¿Se siente bien comprando café de allá? ¿Está bien que el productor de allá sea paupérrimo y el de aquí no?
Los gringos necesitan saber y entender que, en Brasil, tenemos leyes fuertes y que son cumplidas. Defendemos mucho más el medio ambiente y la cadena social de que los otros países, ¿Por qué ellos defienden el costo mayor de un café colombiano que el de un africano por causa de la producción? El nuestro debería ser más caro por causa de nuestros costos de producción que son infinitamente más altos.
(Raposeiras confiesa que quiere trabajar mucho con cafés especiales de Bahia y de Pernambuco, pero las muestras que llegaron no pasaron por su filtro.)
El mercado de cafés especiales en Brasil
Raposeiras cree que el mercado de cafés especiales en Brasil va a crecer mucho en los próximos diez años. “Los cafés especiales de Brasil no son una simple moda. Por un buen tiempo, su consumo interno crecerá en progresión geométrica, eso es bueno. Nuestros cafés aún son baratos, espera que China comience a consumir de verdad y el café comience a escasear también por causa de los cambios climáticos. Ahí si el café va a ser mucho más caro”, profetiza.
Nuevas ideas
“Aún en 2018 voy a hacer un evento abierto para llamar a los profesionales extranjeros para que vengan a conversar con nosotros. Quiero que ellos nos den consejos, hablar de lo que nos falta para llegar allá. Necesitamos oír estos señores, en ciertos aspectos ellos saben más que nosotros, ellos lidian con otros países, tienen otras visiones. Pocas personas de fuera están comprando cafés especiales de Brasil, prefieren cafés especiales de otros lugares del mundo, usan el nuestro solo para el blend.
Tim Wendelboe, que levantó tanto la bandera de los cafés especiales brasileños también está desistiendo de aquí, no le dimos importancia. Trabajamos mal aquí, tenemos que bajar nuestra bola, sino los extranjeros van a continuar con esta visión de que solo tenemos commodities. En la apertura de las Olimpíadas nuestro café no apareció, ¿Cómo pudo suceder eso? Somos los más grandes productores del mundo. Me gustaría mucho que las personas allá fuera tuvieran menos distorsión sobre las cosas que suceden en Brasil principalmente a lo que se refiere al universo de los cafés especiales y que estudiemos más”, sostiene.
(Plano B – “Tengo las ganas de abrir un Coffee Lab fuera del país, siempre tuve, no sé dónde ni cuándo. Ya tuvimos la oportunidad de abrir en Dubái, en Londres, pero me dio miedo.”)
Concurso Coffee Lab de calidad
Aún en 2018, pretende promover un concurso de calidad de los cafés de Coffee Lab. “Vamos a premiar y no necesita ser miembro de nada”, dice.
Falta autocrítica a nuestro trabajo
“El brasileño va mal a los campeonatos mundiales de baristas porque no estudiamos. No tenemos disciplina. Como la presentación en los campeonatos mundiales no involucra solo al café, si tuviéramos una puta café aliada a una presentación sensacional, conseguiríamos. Pero nos falta autocrítica, somos un Pueblo tolerante demás, nos criticamos poco. Los productores brasileños prueban sus cafés sin la crítica necesaria. ¿Por qué solo ve asiático en la final? Ellos son disciplinados, aplicados”, resume.
“En la semana Internacional del Café, realizada el año pasado, vinieron los mejores tostadores del mundo y no había ningún profesional brasileño escuchando a los señores. La única que apareció fue Juliana Ganan, de Bica Café. Necesitamos estudiar más, probar más cafés. Somos arrogantes, una nación arrogante. Necesitamos tener parámetros, compararnos con el resto de los productores del mundo”, finaliza.
(Pasiones – Además de los cafés especiales, Isabela es apasionada por puros, Fórmula 1 y por la aviación. A pesar del miedo a la altura, posee en sociedad con el exmarido un avioncito, un Teco-Teco según el propio.)
Como se ve, Isabela Raposeiras no es una mujer cualquiera.
Quién inspira Isabela Raposeiras
- Coffee Colective (micro tostadora y cafetería de Copenhagen
- Tim Wendelboe
- Peter Giuliano
- Trish Rothgerb (directora del CQI y una de las mejores probadoras de café según Raposeiras)
- Wrecking Ball Coffee Roaster
- James Freeman- Blue Bottle
- Tatiana Peebles- Yaguare Café
- Oliver Strand- columnista New York Times
- Mariano Martins
- Silvio Leite
- Compañía Tradicional de Comercio
- Galera da FAF ( Hacienda Ambiental Fortaleza)
- Millares de productores en Brasil
En gastronomía
- Jefferson Rueda – Casa do Porco
- Mara Salles – Tordesilhas
- René Redzepi – chef dinamarquês do restaurante Noma