El municipio de Juruaia, en el sudoeste de Minas Gerais, distante a 413 km de Belo Horizonte, se lo conoce nacionalmente por ser la capital de la lencería.
Antes de la pandemia, la ciudad tenía cerca de 10 mil habitantes y más de 300 pequeñas fábricas de lencería que llegaron a vender, juntas, dos millones de piezas mensuales.
Pero la ciudad esconde otro tesoro: sus cafés especiales. El café es el producto agrícola más importante de la región, que es montañosa, lo que dificulta la mecanización de su cultivo. Por ese motivo, la gran fuerza está con los pequeños productores familiares.
Juruaia tiene más de 850 agricultores familiares que cultivan los cafés de calidad, entre micros (80 a 150 sacos), pequeños (150 a 400 sacos) y medianos productores (de 400 a 800 sacos). El año pasado, a pesar del coronavirus, consiguieron mantener el promedio anual de producción.
En 2020, la agricultura familiar juruaiense fue responsable por una producción de 160 mil sacos y una facturación de R$ 80 millones. Y lo más importante es que esos pequeños productores fueron responsables por la producción del 65 % de todo el café que, en su mayoría, está destinado a la exportación.
«Los agricultores familiares identificaron nichos de mercado, como los cafés diferenciados, que exigen mayor inversión en la calificación de los procesos productivos, de gestión y mercadológicos. EMATER trabaja junto con los agricultores con el objetivo de mejorar la calidad del café, reducir costos de producción, aumentar los ingresos, mantener y crear empleos, mejorar la gestión y comercialización. O sea, consolidar una cafecultura familiar mineira competitiva», comenta Cléverson Menegucci, Extensionista Agropecuario de EMATER-MG.
La importancia de la cafecultura no es solo económica. La actividad también ejerce un importante papel social. Es fuente de empleo e ingresos para miles de agricultores familiares y trabajadores rurales. De acuerdo con la Empresa de Asistencia Técnica y Extensión Rural (EMATER), se estima que la cadena productiva del café genere tres millones de empleos directos e indirectos en Minas Gerais. Actualmente, los productores están trabajando para obtener la denominación de origen.