Una de las acciones es remunerar al caficultor que preserva manantiales y arroyos en la propiedad
Un convenio entre el Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento (Mapa), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Consejo Nacional del Café (CNC), está desarrollando y estructurando el programa Café Productor de Agua.
La iniciativa tiene como objetivo intensificar el uso de prácticas en las chacras de café de Brasil, que contribuyen al fomento de la producción sostenible y la revitalización ambiental de las cuencas hidrográficas en las cuales están insertas las regiones productoras de café.
El programa prevé la constitución de un fondo específico para reunir recursos destinados al Pago por Servicios Ambientales (PSA), provenientes de las propiedades rurales que se dedican a la producción de café. La premisa básica es compensar los productores rurales por acciones que conserven o recuperen el medio ambiente y los recursos naturales insertos en sus propiedades, generando servicios que beneficien a la sociedad.
La propuesta de estructuración del programa será elaborada por un consultor técnico contratado por intermedio del Proyecto de Cooperación Técnica entre el Mapa y el IICA. El proyecto se ejecutará en cooperación con el CNC, entidad que representa a las cooperativas que operan con café en Brasil, y contará con el apoyo de la Agencia Nacional de Aguas y Saneamiento Básico (ANA) y de la Empresa de Asistencia Técnica y Extensión Rural del Estado de Minas Gerais (Emater/MG).
“La expectativa es que la consultoría de como resultado la formación de un fondo financiero cubierto por diversas entidades, como bancos, cooperativas, empresas distribuidoras de agua y otros, con el fin de remunerar al productor que se interese por la preservación de los manantiales y arroyos de su propiedad, además de los bosques de riberas, de modo de garantizar las reservas hídricas para el futuro, asegurando la atención de las necesidades del sector en la irrigación y de las ciudades para el abastecimiento de agua para la población”, destaca el director del Departamento de Comercialización y Abastecimiento del Mapa, Silvio Farnese.
Bajo análisis del presidente del CNC, Silas Brasileiro, los efectos positivos de iniciativas como esta van más allá de la tranquera. “Tenemos claro que los beneficios derivados del uso de las buenas prácticas sobrepasan los límites de las propiedades rurales, generando beneficios para la sociedad. Es justo que los costos de producción de estos beneficios sean también compartidos por sus usuarios, proporcionalmente a la parte de beneficios que cada uno se apropia”.
En la práctica
Un proyecto piloto se llevará a cabo junto con la Cooperativa Regional de Caficultores en Guaxupé (Cooxupé), ubicada en el sur de Minas Gerais, que cuenta con más de 16 mil cooperativistas, siendo el 95 % agricultores familiares. En esta etapa, el consultor técnico articulará y desarrollará un plan de acción para aplicar en los cultivos de productores asociados a Cooxupé.
El objetivo es crear un ambiente favorable al establecimiento de convenios entre entidades que operan en el segmento de la caficultura, para así, permitir la implementación de prácticas y manejos conservacionistas y de mejora de la cobertura vegetal que contribuyan para el manejo efectivo de la erosión y sedimentación, resultando en el aumento de la infiltración de agua en el suelo y posibilitando su almacenamiento en el subsuelo. Como el flujo subterráneo es más lento que el superficial, esto hace que el agua llegue a los cursos de agua en periodo posterior al lluvioso, generando disponibilidades para la atención de las demandas en el periodo seco.
El presidente de Cooxupé, Carlos Augusto Rodrigues de Melo, destaca que es esencial para la cooperativa participar de iniciativas que actúen para mitigar los efectos de la crisis hídrica y de los eventos climáticos. “Es constante nuestra búsqueda de soluciones sostenibles para que Cooxupé permanezca cada vez más saludable y competitiva frente a los desafíos. Desde hace algunos años el clima se viene comportando con gran influencia en la producción del café y la seca interfiere mucho en los resultados de producción. Por eso, es necesario buscar acciones y pensar sobre los momentos actuales”, dice.
Entre los beneficios esperados por la iniciativa están la recuperación y conservación de las áreas de recarga y nacientes; la mejora de la calidad y el aumento de la oferta de agua en las cuencas hidrográficas; la conservación de la biodiversidad; entre otros.
Café brasileño
Además del enorme potencial de contribuir con el medio ambiente, por intermedio de la adecuada ocupación de los espacios rurales asociada al uso de buenas prácticas, la caficultura tiene gran importancia económica y social para Brasil.
Brasil ocupa la primera posición en el ranking de países productores y exportadores de café, además de ser el segundo mayor consumidor mundial de esta bebida. La caficultura brasileña es responsable por la provisión de una a cada tres tazas de café consumidas en el mundo.
La cadena productiva del café está compuesta por 308 mil productores (78 % de la agricultura familiar). El sector genera anualmente, en 1.983 municipios brasileños, de US$ 5 mil millones a US$ 7 millones en ventas externas, 8,4 millones de empleos y R$ 25 mil millones de ingresos en el campo.