Entrevista exclusiva para Grano Especial, con el presidente de Pinhalense Máquinas Agrícolas, Reymar Coutinho de Andrade

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Pinhalense es líder global en máquinas para el procesamiento de café y, según su presidente, Reymar Coutinho de Andrade, la epidemia del covid-19 no afectó el resultado de los dos últimos años, muy por el contrario.

La empresa (www.pinhalense.com.br) obtuvo una facturación récord de R$ 200 millones en el 2020, que será superada con holgura en el 2021. Y, para el 2022, Reymar espera un desempeño financiero aún más robusto de la compañía.

Vea la entrevista exclusiva que hicimos sobre panorama económico, sostenibilidad y escenarios futuros en el mercado de cafés 

Grão Especial – ¿Cómo fueron las ventas en estos 18 meses de pandemia para Pinhalense?
Reymar C. de Andrade – Nuestro negocio, máquinas agrícolas, está hace dos años, año tras año y mes tras mes, sintiendo un impulso muy fuerte en el crecimiento del volumen de ventas. Con la pandemia, la producción no paró, el modelo comercial y de acceso remoto a los clientes fueron intensificados.

Reymar

Grão Especial – ¿Y cuál es la explicación para esto?
Reymar C. de Andrade – La explicación es que atravesamos una zafra creciente del bienio 19/20. Salimos de una zafra grande, y en febrero/marzo del 2019, hubo una baja de precios y el caficultor quedó extremamente desmotivado. A partir de mediados del año 2019, vimos el inicio de una escalada de los precios de los sacos de café. Y, para entender mejor este escenario, tenemos que entender el período como dos zafras y, también, la escala del tiempo para entender el comportamiento del mercado.
Entonces, el productor estaba saliendo de una zafra pequeña, obviamente, la demanda por equipos reflejaba el momento, o sea, también era pequeña y los precios de los sacos estaban muy bajos. En el segundo semestre del 19/20, con la retomada de los precios de los cafés, en especial de noviembre para adelante, la demanda que había estado reprimida, y las zafras altas, estimularon al productor a invertir en sus propiedades, en su negocio, aliado a aquellos que buscaban la mejoría de la calidad de sus cafés.
Entonces, a partir de noviembre del 2019 hasta hoy, estamos viendo una creciente de los precios por diferentes razones:  seca, frío, logística internacional, default colombiano de sus respectivos contratos, problemas de embarque de la zafra de Vietnam, cuestión logística de Asia para Europa y para los EE.UU. Que acabaron resultando en el aumento de precios del café en la Bolsa de Nueva York. Súmese a esto una escalada en la desvalorización del Real y una valorización del dólar frente a la moneda local. Con esto, el productor brasileño pasó a ser mejor remunerado. Entonces, el análisis final de este contexto es que el caficultor, con demanda reprimida y con capitalización creciente de su zafra, hizo que él fuese de compras.
Él invirtió más en su estructura, en máquinas y, así, pasamos el último trimestre del 2019, 2020 y 2021 enteros, con creciente récord de ventas. Y, para el 2022, creemos que el escenario será igual, dados los precios de los sacos, las buenas zafras que tendremos. Ella será menor, pero, aun así, será una buena zafra. O sea, el productor irá de compras, él tiene demanda por equipos y tiene capital para esto.
Nuestro problema con la pandemia es la cadena de suministros, la escalada simultánea de precios del mineral de hierro y del acero, este último nuestro principal insumo, y que impacta directamente en el costo de producción y en el precio final de la máquina a ser vendida.
El proveedor falla, usted no es capaz de entregar el producto en la fecha acordada, y este problema perdura y se intensifica hasta hoy, con las dificultades de logística internacional, de la cadena de motores moto reductores y componentes eléctricos, que, en su esencia, dependen de la importación de componentes, sufre mucho con la capacidad de importación y del problema de logística internacional, no solo de los costos, sino también de la disponibilidad de los conteiner. Y, ¿cuál es el resultado de esto?  Atraso encima de atraso, y estamos hablando de grandes compañías, de multinacionales, imposibilitados de cumplir sus compromisos y empujan toda una cadena para adelante y acaba convirtiéndose en una bola de nieve.

Reymar

Grão Especial – Vamos a hablar de un tema actualísimo: sostenibilidad. Al final del mes tendremos la COP 26 y sabemos que Brasil será masacrado, principalmente por la inacción para la preservación de la Amazonía. ¿Cuál es su visión? ¿Qué Pinhalense ha hecho en este aspecto?
Reymar C. de Andrade – Usted tocó en un punto muy importante dentro de esta cadena. El café es un producto que demanda y depende de esta imagen de producto sostenible, por causa de los mercados que tiene en el mundo. Estamos hablando de EE.UU., Europa y Japón, que son destinos extremamente exigentes desde el punto de vista de la sostenibilidad. Percibimos que, lo que el mercado como un todo hizo, dentro de este proceso, fue intentar blindar, a través de sus propias certificaciones y de certificaciones globales internacionales, la imagen y el efecto de Brasil de la degradación de la Amazonía, por medio de trabajos propios. Somos una industria localizada en el centro de la ciudad de Espírito Santo do Pinhal, en SP, y debemos tener mucho cuidado desde el punto de vista de residuos, contaminantes, emisión, tratamiento de residuos. Que no son muchos, pero, entonces, cumplimos el papel dentro de esta cadena.
En mi opinión, los caficultores están distribuidos en tres categorías: los que no creen que la sostenibilidad es un asunto importante, y sobre ellos, no comentaré. La segunda categoría es de los que entendieron la importancia de la sostenibilidad dentro de su negocio. Y ahí, dividiría en dos categorías: la primera es de aquellos que creyeron que la sostenibilidad y las certificaciones traerían retorno financiero, que habría una mayor valorización de su café por causa de recibir un sello, sea él a,  o c, y, que  con el paso del tiempo percibieron que el beneficio no estaba en la certificación sino en la posibilidad de acceso a determinados mercados y es lo que permite que él se mantenga apto.
Y una segunda categoría, que desgraciadamente es la minoría, de aquellos productores que incorporaron la filosofía de la sostenibilidad dentro de su negocio y percibieron que el beneficio no está en la venta y en la comercialización de su café sino en aquello que la sostenibilidad trae para adentro de su proceso y para su beneficio operativo. Aquí podríamos citar las propiedades que abrazaron una agricultura regenerativa, las que pasaron por el intento de la producción del café orgánico o biodinámico, pero percibieron que el modelo no permitía una escala económica saludable.
Algunos permanecieron dentro de este propósito, otros salieron en busca de una alternativa que también tuviese el pilar de la sostenibilidad. Son productores que entienden que no necesitan de un certificado para comprobar que tienen buenas prácticas, pero ellos las adoptan porque forma parte, porque es una parte importante dentro de su cadena. El desafío es cómo mostrarles eso a las personas que están muy lejos de sus propiedades, en un país distante, donde la imagen de la destrucción de la Amazonía no sea relacionada. Y la Amazonía allá fuera tiene un peso muy relevante.
Cada vez que Brasil intenta compararse a otros países productores de café, desde el punto de vista ambiental, él se queda un poco atrás, porque otra parte de la caficultura mundial está insertada dentro de bosques, dentro de grandes reservas ambientales, cuyo modelo territorial es muy pequeño, con mano de obra familiar y de baja renta insertados en las propiedades.
Desde el punto de vista de sostenibilidad social estos países productores tienen más atractivo junto al público internacional. Y es por eso por lo que son tan valorizados por algunos mercados y es por eso que se remunera y se pagan premios a productores en este contexto. Es el caso de Bolivia, Colombia, América Central, y algunos países africanos.
Mientras que el productor brasileño, que sigue un modelo territorial, más tecnificado, más comercial, yo diría incluso más profesional, debe mostrar que él no derribó el árbol para plantar su café, que él no destruyó la Amazonía, que no degradó, y que las prácticas son tan sostenibles o más que en algunas localidades, y conozco prácticamente a todo el mundo cuando se habla de producción de café. Brasil tiene una legislación fuerte, el nivel cultural de los productores, de manera general, es más alto en Brasil.
Y percibimos esto por el interés en nuestras máquinas, desarrolladas para gastar menos energía y agua y con mayor aprovechamiento de los residuos.

Reymar

Grão Especial – ¿Su cliente también está demandando máquinas más sostenibles?
Reymar C. de Andrade – Promovemos más de lo que él demanda.  Él aún debe ser despertado para este tema. Haré una comparación, que creo que cabe bien, con el carro híbrido. Yo, como industria, debo llegar y contarte que ahora fabricamos un carro híbrido y que él contaminará menos y que el mix de las tecnologías que usamos permitirá tener una batería de larga duración, lo que puede ser interesante. Lo mismo ocurre con nuestras máquinas.
Hoy, se puede imaginar que alguien pagará más por un carro híbrido, y ¿pagará más solamente por filosofía? Vamos a caminar para aquella fracción del mercado que es muy pequeña, pero que cree en eso. Debemos mostrarle a nuestro cliente que las nuevas tecnologías tienen un beneficio ecológico. Imaginar que alguien pagará más por una nueva tecnología, es difícil. Es necesario demostrar el resultado financiero. Que él producirá más, usando menos agua y menos energía. Solo sostenibilidad y premio no motivan al productor de café a adherir.

Grão Especial – lo que mueve al caficultor en las buenas prácticas es lo que él ganará, ¿no es verdad?
Reymar C. de Andrade – Sin duda, pero eso ocurre en todos los lados de la economía.

Grão Especial – ¿Y qué usted está esperando del 2022?
Reymar C. de Andrade – No somos un reflejo de la media de las empresas de Brasil. Somos un punto fuera de la curva. Tenemos gran participación en el mercado externo, y nuestro principal negocio es el café. Y hace muchos años no veíamos los precios del café en niveles tan altos. En el 2022 veo que el productor estará invirtiendo en su propiedad y él ya descubrió que no podrá comprar el terreno del vecino porque el vecino también tiene tanto dinero como él. Comprar más tierra es un modelo del pasado.
La dinámica hará que nuestro negocio siga con mucha fuerza. Nuestro pico de ventas ocurre en los meses de noviembre, diciembre, enero, febrero y marzo, y estoy entrando en el momento de ventas con cuatro meses de cartera trabada por delante. El productor termina la cosecha en septiembre, octubre, noviembre. Y ahí él va de compras, porque él debe estar preparado para la próxima zafra, que es en marzo. Mi curva de ventas comienza a subir ahora y ya entra con una cartera dilatada en el 2022.
Con el crecimiento de los precios del valor del saco, veré a mi cliente feliz, tenemos una operación de barter, y él vendrá a cambiar su maquinaria por café futuro.

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