Seguro agrícola para los caficultores: ¿vale la pena?

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De 1,7 millón de hectáreas de café arábica en Brasil, solo 160 mil, menos del 10 %, tienen algún tipo de seguro contratado. La expectativa es cubrir 30 mil hectáreas en la zafra futura

El último informe del IPCC sobre el clima mundial no deja lugar a dudas: gracias a la acción del hombre, tendremos una frecuencia cada vez mayor de eventos extremos como heladas, sequías y lluvias torrenciales. Estos fenómenos afectarán de manera significativa el modo de cómo se trabaja el campo, especialmente en los cultivos de café.

“Si continuáramos emitiendo carbono como lo estamos haciendo, el escenario es catastrófico, ya que podría haber un aumento hasta de 4º C en la temperatura, lo que afectará directamente a la agricultura brasileña como un todo. O sea, regiones hoy productoras de determinados cultivos, muy probablemente no contarán ya con las condiciones de ser producidas en el lugar”, explica el coordinador del Portafolio de Investigaciones en el Cambio Climático y Agricultura de Embrapa, Giampaolo Queiroz Pelegrino.

Pero, entonces, ¿cómo prevenirse contra perjuicios de interrupciones en la zafra del café de ahora en más? ¿Por qué solo el 10 % de los productores de café arábica en el país tienen su seguro contratado? De acuerdo con la Federación Nacional de Seguros Generales (FenSeg), las bajas temperaturas y sus efectos pueden contribuir para un aumento de la cobertura de la próxima zafra del café. Solo entre enero y abril de este año, la contratación de seguros agrícolas por parte de los productores rurales creció el 41 %.

Hasta hace muy poco, los productores de café en Brasil no eran muy adeptos al seguro y los que lo contrataban priorizaban la cobertura para casos solo de granizo. De las 14 empresas que hacen seguro agrícola en Brasil y participan del Comité de la FenSeg, solo seis operan con cobertura de heleada para el café. O sea, del 1,7 millón de hectáreas de café arábica en Brasil, apenas 160 mil, menos del 10 % tienen algún tipo de seguro contratado.

Productos mal diseñados, precificación y falta de transparencia de los datos de los productores

Para el head de Agro de Swiss Re, Gláucio Toyama, el mercado de seguros para el café arábica, principalmente, no creció mucho porque las aseguradoras no tenían soluciones que atendiesen las necesidades de los productores. “Los seguros disponibles no eran adecuados gracias también a la falta de transparencia de los propios agricultores. Si yo como aseguradora, no cuento con informaciones claras de la producción de la chacra, de campo a campo, no tengo cómo ofrecer el seguro adecuado, con precios competitivos”, dice.

Toyama también ve la poca contratación de seguros rurales por los caficultores como un problema cultural. “El productor no toma la decisión de contratar un seguro bajo la óptica de costo de producción. Él sabe que necesita invertir en nuevas tecnologías, en maquinarias, pero el seguro no forma parte de la lista. De hecho, no lo hacía. Días antes de las últimas heladas severas que tuvimos este año, cuando los servicios meteorológicos les alertaron a los productores, todos llamaban a las aseguradoras pidiendo una póliza. Entonces, eso es riesgo indudable, es lo mismo que usted contrate un seguro de automóvil, sabiendo con antelación de días que va a chocar el auto”, explica el ejecutivo.

Seguro agrícola
Gláucio Toyama

Para que la industria de seguros diseñe un producto ideal para el caficultor, Toyama señala que es necesario que las aseguradoras cuenten con informaciones más precisas y ciertas de los productores. “La variabilidad de cómo se maneja el cultivo, genera una dificultad muy grande para definir si el riesgo es igual al del vecino o de otro productor. No siempre las cooperativas tienen una base de informaciones consistente. No tenemos acceso a las informaciones sobre productividad adecuada, campo por campo, número de plantas, edad del cafetal, área total a ser asegurada. Si no tengo las informaciones necesarias, la aseguradora trabaja a todos por el promedio, lo que encarece el producto”, nos cuenta.

Otro punto que Toyama señala es con relación a la bianualidad de la producción cafetera. “Esta última helada afectará la productividad del productor el año que viene, en 2022. ¿Cómo uno crea un producto, que tiene, por ejemplo, subvención fiscal y que tenga necesidad de proteger una zafra futura? Estamos muy interesados en actuar con cafés especiales, pero está faltando colaboración de las cooperativas, de las asociaciones de productores, de los tradings, de los agroquímicos, de toda la cadena en realidad, para construir una propuesta de valor para el sector. Pero necesitamos conocer los riesgos”, enfatiza.

Actualmente, Swiss Re ofrece un seguro paramétrico: “Estamos discutiendo, en este momento, con una empresa aliada, un producto que pueda asegurar la labranza en caso de seca prolongada. Ya sabemos que la próxima zafra será afectada por la sequía, que, en realidad incidirá en 2023. Estamos elaborando un seguro destinado al problema de deficiencia hídrica, pero que yo no necesite de las informaciones del productor. Solo necesito saber si va a llover o no. Estamos remodelando el análisis de riesgo para crear un producto que mire los eventos de una forma más macro y que, a lo largo del tiempo, consigamos adecuar otras necesidades de los productores de cafés especiales”, ejemplifica.

Nueva era de los seguros agrícolas

Los daños registrados este año en la región Sudeste están perjudicando la zafra futura, que florecerá en septiembre. La zafra corriente ya fue cosechada. “El seguro tiene que ser considerado un insumo subsidiado, pero, infelizmente, no es así como lo percibe el caficultor”, explica el director de agronegocios de Fairfax, Fabio Damasceno.

Seguro agrícola

Fairfax, a su vez, está lanzando un nuevo seguro para café con un formato diferente. La empresa está reevaluando todos los modelos de seguro agrícola en función de los cambios climáticos y cree que llegó el momento de democratizar el seguro agrícola.

El seguro tiene que ser considerado un insumo subsidiado, pero, infelizmente, no es así como lo percibe el caficultor.

El proyecto Café de Fairfax nació a principios del año pasado, después vino la helada y arruinó todo, mi teléfono no dejaba de sonar. Estamos reuniéndonos con las cooperativas. Al principio, las heladas funcionaron como impulsoras y una gran vitrina para el producto”, aclara.

“En los últimos eventos, las pérdidas ocurrieron en el árbol, en la planta de café, en verdad, no sabemos cómo impactará en la producción. Pero, existe una forma de compensar esas pérdidas y con una cierta tranquilidad para el próximo año”, dice. Está claro que, con la divulgación de los informes internacional y nacional sobre el clima, los datos realmente preocupan. Cada cambio de grado en el clima, puede ser detonador de un evento que puede repetirse 30 veces en 50 años. Y también, es un cambio brutal para las aseguradoras”, explica.

“Fuimos contactados por una gran empresa de cafés especiales, que actúa en el exterior junto con otra empresa, con el objetivo de traer una solución para el seguro paramétrico a Brasil. Ese producto se comercializa principalmente en Colombia, cuya producción de café está 100 % asegurada, gracias a la fuerza de las cooperativas, lo que lo hace mucho más fácil para precificar”, nos cuenta.

La idea era replicar ese modelo en Brasil, solo que la producción de cafés especiales allá es muy diferente de la nuestra, es menos tecnológica y utiliza la cosecha manual. “Tal vez, ese tipo de seguro se aplique mejor al productor de café conilon de Espírito Santo, que tiene mayor similitud con ese parámetro. Nuestro gran desafío es ahora la LGPD”, explica el director.

De enero a abril de este año el mercado de seguros agrícolas creció un 41 % en la agricultura, según datos de Funenseg

El año pasado Fairfax, lanzó un seguro para daños causados por heladas y granizo para proteger la plantación de cafés arábica. Tradicionalmente, los seguros disponibles están destinados a la planta de café, o sea que, en caso de siniestro, el seguro convencional cubre los tratamientos del cultivo, como los procedimientos de esqueletización y encepado, para que la planta vuelva a producir.

“La aseguradora evaluará los daños causados por el evento climático para calcular la indemnización. De ese modo, el caficultor será resarcido de acuerdo con las pérdidas en la zafra asegurada, que engloba los insumos y precios de las bolsas de café que dejó de cosechar”, explica.

El seguro de Fairfax tiene como cobertura obligatoria la protección contra granizo y el caficultor puede optar por contratar también contra helada. Otra posibilidad es considerar la bianualidad. “El productor puede optar por asegurar solo la zafra corriente o proteger la zafra actual y la futura en una misma póliza”, aclara.

Open banking

Un nuevo desafío para la industria del seguro está relacionado al Open Banking. “En breve, tendremos el Open Insurance, que impactará y mucho en algunos mercados y canales. No puedo precisarlo aún, pero está claro que el cliente tendrá más facilidad para adquirir los seguros, lo que será un desafío para toda la industria”, finaliza.

Para 2021, Fairfax está proyectando un crecimiento del 86 %, impulsado principalmente por el precio de los commodities. “Esperamos crecer en el café, 4 % en el mismo periodo en premio.

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