en solo dos años produciendo cafés especiales, ganaron en 2016, el segundo lugar de Cup of Excellence, con la nota de 90,34
El saco fue vendido a R$ 14 mil para Almacielo y Ona Coffee, de Australia
El barrio Sertãozinho, en Cristina, Minas Gerais, esconde algunas joyas raras. Entre los más de 80 pequeños productores de cafés especiales, está el sitio Vargem Grande, de la familia Silva. El terreno posee cerca de 12 hectáreas, divididos en tres sitios: Vargem Alegre, São Sebastião y Tarumã. Cada uno es administrado por un miembro de la familia: Cleverson Daniel da Silva, de 21 años, es responsable por Vargem Grande, el más alto de todos, a 1.400 metros de altitud y segundo lugar en el Cup of Excellence, promovido por BSCA, en 2016.
El Hermano más joven, Eduardo Daniel da Silva, de 18 años, administra São Sebastião, con una cosecha plantada en una altitud un poco inferior, de 1350 metros.
Y el padre, Sebastião Daniel da Silva, es responsable por Tarumã, las tierras más nuevas de la familia y que están a 1250 metros. Al comprarlas, Sebastião tuvo que endeudarse mucho más de lo que le gustaría. “Comenzamos a trabajar con café más por necesidad. Hace, diez años, planté plátanos, después fue que el café me cautivo”, confidencia Sebastião.
(Familia reunida en el sitio Vargem alegre: Eduardo, Cleverson, Sebastián y Hilda)
Tiempos difíciles
Por las circunstancias, necesito trabajar mucho las nuevas tierras, ignorando las demás que, hace poco tiempo fueron divididas entre los hijos. “Yo sufrí mucho para pagar el terreno, acabé dedicándome solo a él y descuidando el resto de las tierras. Antes de comprar Tarumã, yo cosechaba 350 sacos por año de Vargem Grande. Después, cayó para 50”, confidencia.
La recuperación solo vino con la ayuda de la esposa, Hilda, dedicando su tiempo y servicio. “Cléverson era pequeñísimo aun, con unos 10 años, y venía conmigo a trabajar en las tierras de arriba. Él trabajaba un poco y, cuando se cansaba, dormía en una cuna que yo hacía para él improvisaba un tamiz grande de cuchara de café, amarrada en dos árboles, como una red”, recuerda.
Y fue Cleverson quien primero comenzó a interesarse por los cafés especiales, principalmente, por la altitud de sus tierras. “Cuando vio que el interés de los hijos era legítimo, Sebastião los incentivó a buscar conocimiento. Siempre hable para que trabajemos con cafés especiales, necesitábamos entender, buscar conocimiento. Sin eso, no iba salir bien”, dice. Hoy, el sitio Vargem Grande solo trabaja con cafés especiales.
Comenzaron con los cafés especiales hace solo dos años y ya están recogiendo excelentes resultados. “Ahora que producimos cafés especiales, conseguimos vender el saco a R$ 1.500,00. En la época que plantábamos solamente commodities, lo máximo que conseguíamos era R$ 400,00 por saco”, cuenta Sebastião.
Cosecha diferenciada
Por causa de la altitud, el café madura en el pie de forma desigual. Por este motivo, hacen la cosecha de mayo hasta noviembre ya que es totalmente selectiva. Y por causa de la altitud, generalmente sus pies de cafés especiales florecen dos a tres veces en el año.
Las tres propiedades tienen una cosecha totalmente manual, plantando Catucaí, Bourbon Amarelo, Acaía y Mundo Novo. A pesar de ser propiedades diferentes, el trabajo de la cosecha es hecho, conjuntamente por los hombres de casa. “En la época de la cosecha, la plantación de mi papá siempre madura primero. Ayudamos en la cosecha, después cosechamos mi café y, por último, el de mi hermano”, explica Cleverson, que, a pesar de todo el éxito, durante la semana trabaja en una cooperativa, COCARIVE, y todavía tuvo garra para graduarse de Qgrader.
Las tres propiedades poseen cerca de 37 mil pies de cafés, siendo 15 mil en Tarumã, 11 mil en Vargem Grande y 11 en São Sebastião. “Producimos mucho café con características de fruta, con bastantecomplejidad, con matices de acidez cítrica, frutas rojas y amarillas,” explica orgulloso.
Cafés especiales: la pasión de Cléverson
“Cuando acabé la preparatoria, tuve que hacer servicio militar, estuve un año en el cuartel. Al salir, volví a casa y comencé a enamorarme por los cafés especiales y fui al campo a trabajar solo con cafés especiales. Hice los cursos de SENAR, me gusto, después apareció la oportunidad de trabajar en COCARIVE e hice el curso para poder ayudar a probar el café allá. Me volví Qgrader y mi gran sueño ahora es poder ayudar a mis vecinos, que tienen un excelente terroir pero no saben casi nada sobre cafés especiales. En verdad, muchos de ellos son tercos y no quieren aprender”, explica.
Las plantaciones de café en terroir de Mantiqueira son bien antiguas. El padre de doña Nair Cândida da Silva, abuela de Cleverson y Eduardo, era descendiente de indios y fue quien inició el cultivo. “Se llamaba Luís Cândido y se casó con una descendiente de japoneses, doña Geralda Cândida”, cuenta doña Nair, hoy con 77 años, y que junto con la hija, Hilda Cândida da Silva, madre de los niños, trabajaban los terreros que, además, son un caso aparte.
COCARIVE
COCARIVE es una cooperativa que exporta cafés en Carmo de Minas. Posee cerca de 1000 asociados, el 80 % de pequeños productores. Allá son promovidas conferencias, cursos de terrero, secador, mantenimiento de máquina, curso de tractorista, uso correcto de defensivos, etc.
Recientemente cuenta que cosecharon un Borboun y que cuando lo llevaron para probar, descubrieron que tenía un gusto bien parecido con el café keniano. “Obviamente que vendemos este microlote rápidamente, para unos baristas australianos”, dice.
Secretos femeninos de la post-cosecha
Con una temperatura variando entre 20o. A 17o, los hombres de la familia, confidencian que el 50 % de la calidad de los cafés especiales de las propiedades vienen de los cuidados de la post-cosecha, bajo responsabilidad de Hilda y su madre, Nair, abuela. Y la verdad sea dicha, a pesar de que los terrenos de café se ubiquen en el área externa de la residencia de la familia, el equipo de Grano Especial quedo sorprendido con tanto cuidado. Todo muy limpio. El suelo, inclusive, donde secan los cafés es muy limpio, que se puede comer allá. Todo en el más absoluto orden.
(Los hermanos Cleverson y Eduardo cuidan de la cosecha, pero quien pone la mano en la azada en el terreiro es la madre Hilda y la abuela Nair)
Poseen 1500 metros del área de terreno, siendo que el primer, abierto, toma sol prácticamente todo el día. Cuando visitamos la propiedad, el sol aún estaba dando sus rayos gratis y ya pasaba de las 16h00.
“La calidad de nuestros cafés, el 50 % viene de ellas, porque, en el terreno, ellas trabajan mucho más que nosotros. Hay días que cerca de las 21h00, ellas aún están trabajando en el terreno del café. Los cafés se quedan cerca de dos días al aire libre. Solo después es que ellos van para un terreno cubierto, en la estufa, una novedad aquí en estas bandas y que nos ayuda mucho a mantener la calidad de los granos”, cuenta Cleverson. Allá, pueden estar hasta cuatro semanas terminando de secar.
“Fue mi papá quien tuvo la idea de la estufa. En el tiempo de cosecha ella está armada y, después la desarmamos. Fue una inversión alta para nosotros, de cerca de R$ 8 mil, fue caro, pero valió la pena, pues facilita ya que no necesitamos cubrir el café todas las tardes y ella ayuda a igualar la temperatura de todos los granos, explica Cleverson.
Cup of Excellence 2017
Cleverson cuenta que cosechó el café que va a participar del Cup of Excellence 2017 en julio, en una altitud de 1370 metros. Serán dos microlotes, uno de Catuaí Amarelo y otro es un Bourbon. “Es un café con toques de frutas rojas, más violáceo, con leve acidez, y toques de naranja y pasas”, sé entusiasmo.
En el primer año cultivando cafés especiales, la familia participó del Cup of Excellence y el sitio Vargem Grande quedó en segundo lugar, como ya fue dicho anteriormente, y el de su padre, quedó en el noveno lugar. “Después de este trabajo, ganamos muchos clientes. El Cup dio una gran visibilidad a nuestro barrio lo que va ayudar a todo los productores de aquí”, dice.
La menor puntuación que el sitio Vargem Grande consiguió en sus cafés especiales fue de 87 puntos. “Este año, de lo que ya cosechamos, la menor puntuación fue 90. Por eso, estamos muy animados en obtener un excelente resultado en Cup, cuenta Cleverson.
(La pareja Sebastián y Hilda y su hijo Cleverson: inversión en los cafés especiales trajo resultados)
Planes para el futuro
La familia está iniciando la construcción de un pequeño laboratorio de pruebas, en el espacio de arriba del primer terreno, cuyo principal objetivo será el de ayudar a toda la comunidad. “Vamos a probar cafés de todo el barrio. Vamos a enseñar a los pequeños productores de aquí que no saben probar la propia bebida, mostrar cuanto realmente vale el café de ellos. Yo puedo ayudar trayendo información. Ellos ya tienen el microclima, la altitud, solo les falta la información”, cuenta.
La idea es ofrecer también conferencias y cursos para el productor local no tener que desplazarse muy lejos. Finalmente, son micro-propiedades y aquí nadie contrata gente para la cosecha. Y, de las 80 propiedades del barrio, 60 plantan cafés especiales. En estos momentos de más trabajo, ellos se unen y unos colaboran con los otros. Quien acaba la cosecha antes, ayuda a su vecino y viceversa. ¡Bonito de verse!
Terroir de Mantiqueira
Situada en la parte minera de Serra de Mantiqueira, en el sur del estado de Minas Gerais, está el Terroir de Mantiqueira. Él abarca la meso-región de la Zona de la Mata de Minas Gerais. Su clima es tropical de altitud y la vegetación es la Mata Atlántica. La región posee relieve rugoso, accidentado y disecado. Es en este terroir que está ubicada el 60 % de la Serra de Mantiqueira, una cadena de montañas que se extiende hasta los estados de São Paulo y Rio de Janeiro.
Por causa de las características del clima y relieve, la región tuvo su proceso de ocupación asociado a la expansión de cafeicultura. Muchas ciudades de la Zona de la Mata surgieron de los cultivos de café, y la agricultura es la base económica de los municipios de la región. El terroir de Mantiqueira es compuesto en su mayoría por productores propietarios de pequeñas haciendas, ubicadas en las laderas de las montañas. En las plantaciones, la colecta aún es hecha manualmente. Con tradición en la producción de cafés especiales, el terroir de Mantiqueira de Minas es hoy una de las regiones más premiadas de Brasil. En 2011, fue reconocida como Indicación Geográfica (IG), en la modalidad Indicación de Procedencia (IP), por su tradición y reputación mundial en producir cafés especiales con un perfil sensorial único.