Por Paula Su
Aunque parezca una tarea fácil – finalmente, es solo calentar el agua y echarla sobre el té – existen algunos detalles en este proceso que, a pesar de simples, influencian en toda la experiencia. Ya sea para degustar una taza solito o para compartir con otras personas, el arte de la buena preparación de esta bebida milenaria se encuentra en las pequeñas particularidades.
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Eligiendo el té
Comencemos por la elección del té. Existen innumerables tipos. Para elegir aquel que más le agrada, siga los consejos de mi materia anterior aquí en Grão Especial, los mejores tés del mundo.
Si elige un té a granel, mejor aún, ya que este presenta un mayor frescor y tiene el poder de liberar sus propiedades en agua de manera más potente. Además de eso, rinde más y es posible hacer una infusión más.
Atención para la cantidad deseada de té. En caso de duda, siga la recomendación del fabricante.
El agua: su calidad influencia directamente en el sabor del té
Hablemos ahora del componente que ocupa el 99 % de la taza: el agua. Su calidad es de extrema importancia pues es ella la que recibirá todas las características de las hojas, influenciando directamente en su sabor. Puede hacer una prueba simple: coloque diferentes tipos de agua (del filtro, del filtro de barro, de botellas y de marcas diferentes) en vasos y bébalas prestando atención a su sabor.
Algunas satisfacen la sensación de sed, otras no. Es posible percibir sabores azucarados, mientras otras son más neutras. Pueden ser leves o más pesadas. Lo ideal es siempre buscar un agua limpia, inodora y con sabor neutro.
Temperatura ideal
Después de la elección del agua, el próximo paso es calentarla. Su temperatura ideal va a depender del tipo de té seleccionado. Mientras los negros, oolongs y pu’ers pueden ser infusionados apenas el agua hierva, o sea, a 100o.C, ya los verdes, blancos y amarillos poseen una delicadeza que un calor más suave de, 60ºC a 80ºC, dependiendo del tipo específico del té. Lo bueno es que estas temperaturas también están indicadas en los envases.
Tiempo de infusión
El tiempo de infusión es un determinante valioso. Los sabores indeseables de amargor pueden ser causados tanto por una temperatura inadecuada como por un tiempo muy largo de infusión. Por este motivo, apenas su bebida alcance el tiempo necesario de infusión, retire el colador (o infusor) o coloque el líquido en otro recipiente donde él se separe de las hojas.
Eligiendo los utensilios
Otro ítem importante es la elección de los utensilios para la preparación del té. Existen diversos tipos de cafeteras, tazas e infusores para que aproveche al máximo el momento de la preparación y de la degustación.
Estos pueden ser de porcelana, cerámica, vidrio, fierro, tazas y botellas con infusor, vasos, gaiwans (un tipo de taza con tapa y pires chinos), infusores modernos e, incluso, prensas francesas para hacerse infusiones de flores y frutas. ¡La elección del utensilio ideal es aquella que más te agrada!
Disfrute cada momento de la preparación de su té. La máxima atención a los detalles es parte de este milenario ritual, volviendo la experiencia de absorber un té cada vez más agradable. Entonces, ¿Está servido?